Primer equipo

El equipo sigue cayendo en los minutos finales.

El Valencia no es capaz de aguantar todo el partido al mismo nivel.

El Valencia se mantuvo a flote mientras la gasolina duró para los titulares, pero una plantilla notablemente limitada y las ausencias de Gayà y Almeida resultaron fundamentales. La visita a Montilivi dejó al equipo valenciano con las manos vacías, enfrentándose a los problemas recurrentes, entre ellos, la carencia de una unidad B.

La situación se agravó con las bajas de jugadores clave como José Luis Gayà y Almeida, este último como una ausencia prolongada sin que el Valencia logre identificar la causa exacta. Sin embargo, dos ausencias no deben convertirse en excusas, ni siquiera para un Miguel Ángel Corona, que continúa generando comentarios negativos cada vez que se pronuncia. En la previa, hizo hincapié en que desde la entidad “no hay miedo a que se vayan los jóvenes”, un comentario que no hizo más que irritar a una afición que ha aceptado que, en la mayoría de los casos, los partidos se afrontan con la etiqueta de ‘equipo pequeño’, encerrándose y esperando un error del rival. Esto fue evidente durante 80 minutos en Montilivi.

El partido en Montilivi pareció constar de dos partes. La primera fue bien planteada, utilizando los recursos disponibles y asumiendo la necesidad de ceder la iniciativa, empleando un doble lateral para contener a Savinho y esperando un milagro.

Ese milagro llegó en forma de un regalo de David López, quien complicó aún más las cosas para el equipo dirigido por Míchel. El técnico local ajustó la táctica y optó por una formación con doble delantero, con Dobvyk junto a Stuani, que ingresó desde el banquillo para causar estragos en la defensa. La balanza se inclinó claramente debido a la diferencia de calidad en el banquillo. Mientras que Míchel apostaba por Stuani, Portu y Yan Couto, el técnico valencianista se vio obligado a recurrir a Diakhaby en lugar de Fran Pérez, ya que no contaba con muchas opciones defensivas adicionales.

En este sentido, el conjunto de Míchel observó cómo todos sus jugadores fueron resolutivos. Todos participaron de alguna manera en la remontada del conjunto rojiblanco, que cuenta con una plantilla más profunda, y cada jugador que sale desde el banquillo lo hace con un alto nivel de activación. Esto se reflejó en la actuación de Yan Couto, que ofreció un espectáculo desde el lateral derecho, y Stuani, quien anotó un gol y participó en el segundo. Por su parte, Rubén Baraja mostró su frustración en la banda al ver que ni Canós, ni Amallah, ni Yaremchuk lograban ser productivos.

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